A la vuelta pasamos por Kisumu, la ciudad al borde, pero de espaldas, del lago Victoria y comprobamos que la ciudad en sí no merece una visita, pero el lago sí.
Desde el avión pudimos ver que hay en las cercanías de Kisumu varios barcos atascados por los jacintos invasores, que es una más de las plagas del lago.
En Kakamega nos alojamos en unas casas del Servicio Keniano de Vida Silvestre que están muy bien y que parecen subutilizadas, son baratas, tienes que llevarte la comida, pero es una de las mejores opciones para viajar a la mayoría de los parques, aunque en algunos son difíciles de conseguir y hay que reservar con mucha antelación.
Las fotos.