Primer destino Diani, al sur de Mombasa, donde todavía quedan retazos del bosque que caracteriza esta zona, donde todavía quedan poblaciones residuales de unos escasos monos: el colobo blanco y negro de la costa, una especie distinta al colobo blanco y negro del interior, como podréis apreciar en las fotos.
Visitamos el centro de interpretación que tiene allí la organización "The Colobus Trust" donde además de ver a estos monos en su hábitat natural, aprendimos unas cuantas cosas más.
De allí subimos a Mombasa, donde visitamos el fuerte construido por los portugueses hace mucho tiempo y el casco antiguo, típicamente suahili.
De Mombasa a Watamu pasando por Whitesands, un poco al norte de Mombasa y donde hicimos un par de inmersiones de escasa visibilidad pero considerable interés.
Cerca de Watamu visitamos el bosque de Arabuko Sokoke, que es el bosque costero más grande y mejor conservado de todo el Índico africano. De camino de regreso pasamos por Mida Creek, una enorme laguna interior que conecta con el mar y que está completamente rodeada de manglares y con una avifauna muy diversa.
Además muy cerca de Watamu está una de las grandes sorpresas de Kenia, el país de los safaris: las ruinas de Gede.
Puedes esperar ver ruinas en Grecia, Turquía, Egipto, México, India, Camboya y países así, pero no en Kenia, donde la gente viene casi exclusivamente a hacer un safari.
Las ruinas de Gede son las ruinas de una ciduad suahili del siglo IX que fue abandonada sin saber por qué. Al parecer hay una canal que las conecta con Mida Creek, así que ya estamos pensando para la próxima visitar las ruinas en canoa.
La zona de Watamu, con el bosque, los manglares, la laguna, las ruinas y otras cosas que no vimos como el arrecife de coral y el parque marino, me dejó con ganas de volver... y afortunadamente ¡voy a volver!
Y ya os dejo con las fotos.