Es lo bueno de tener tan mala fama.
Por supuesto hablamos del Nairobi que vivimos nosotros, los muzungus; el otro Nairobi, que sólo conozco de paso, tiene, desgraciadamente, bien merecida la fama.
Y es que el Nairobi de los muzungus es una ciudad llena de árboles, con grandes espacios verdes y con casas preciosas donde no viven millonarios: vivimos nosotros, y eso, a cualquiera le agrada.
Para el último fin de semana fuimos a los lagos de Naivasha y Nakuru, dos de las joyas del valle del Rift.