El motivo por el que decidí reabrir la cuenta fue porque Facebook había anunciado que tendrá también correo electrónico y pensé que podía ser útil, podría prescindir de mi antiguo correo y así podría acceder a ese nuevo servicio, pero abrí mi cuenta de Facebook con la intención de no usarla hasta estar el correo operativo.
Entre las posibilidades de privacidad opté por lo más restrictivo posible, de modo que mientras no tuviera mi correo Facebook nadie se enterara de que la había abierto.
Magras intenciones.
Al poco tiempo (¡y hablo de minutos!) recibo un correo en mi correo de Yahoo de un amigo (de los de verdad no de los de Facebook) dándome la bienvenida y alegrándose porque al fin paso por el aro.
Por supuesto que me alegra alegrar a mis amigos (al menos a los de verdad) pero, ¿por qué coño se ha enterado que me he abierto una cuenta en Facebook?
Como no soy experto, hablo con Mónica para que me ayude a hacer invisible mi cuenta; entramos en ella y ya tengo cinco peticiones de "amistad".
Deniego todas y confirmo que mi perfil ya es lo más restrictivo posible.
Me quedo sin amigos, no hago peticiones de amistad a nadie ni ninguna actividad que denote que tengo una cuenta abierta.
Salimos de mi cuenta y accedemos a la de Mónica, donde tiene en la barra derecha una sugerencia que le informa que quizá ella "quiera ser mi amiga".
A la mañana siguiente revisando mi correo, resulta que mi hermano, que está perdido en un barco en medio del Golfo de México, ¡me ha aceptado como amigo! cuando, ¡yo no le he pedido que lo sea!
En mi muy corta experiencia con la red social más importante de internet, he ratificado mi posición respecto a ella: me parece que se mete en la vida privada de los demás de un modo que yo no puedo controlar.
Diréis que soy un poco, o un mucho, incongruente ya que tengo una página web con varios blogs, donde cuento todo lo que hago y pongo un montón de fotos.
Diréis que soy incongruente porque miro el Facebook de Mónica.
Y es verdad; pero es que en esta página controlo el 100% de lo que pongo; esta página no te lleva a cotillear la vida de mis amigos y conocidos y sus amigos y conocidos; esta página en ningún momento ha hecho algo que yo no haya solicitado y esta página la lee mi madre y cuatro más.
Por el otro lado, a Mónica tampoco la puedo controlar, así como tampoco controlo mis impulsos de portera cotilla.
Como me siguen llegando mensajes que no he solicitado, gente sigue enterándose de lo que no quería que nadie se enterase y, lo más grave e intrusivo, amigos de toda la vida aceptan solicitudes que yo NO he enviado, me voy a dar de baja inmediatamente.
Una nota al final pone que aunque desactive mi cuenta mis amigos podrán seguir invitándome y no sé cuántas cosas más, esto es, que, aunque así lo desees, no la borras, solo las desactivas, pero ahí sigue y que yo sepa no hay opción para borrarla 100%.
Edito: tras navegar un poco y siguiendo en principio el enlace que deja Joselito y posteriormente el que dejo yo en comentarios, he eliminado la cuenta, aunque me dan un margen de 14 días para pensármelo, pasados los cuales, si no he ingresado en la cuenta, proceden a eliminarla 100%.
Menos mal que no puse fotos (ya tengo miles repartidas por otras webs).
Menos mal que no he puesto nada en "mi muro" ni en el de los demás.
Menos mal que no tengo amigos.
Cualquier cosa que queráis saber de mí podrá estar aquí... o no.
Os dejo un vídeo muy interesante sobre el fenómeno: Una vida en Facebook. Este vídeo ya no está disponible aquí, podéis todavía verlo en el siguiente enlace: http://mashtart.com/a-life-on-facebook/