A eso de las 7 salimos de camino al Pico Margarita, punto de máxima altitud del Monte Stanley y de todo el macizo y tercera altitud de África.
La primera parte es una trepada donde han instalado algunas cuerdas fijas para ayudar en la progresión, más importantes para bajar que para subir, que llega casi hasta el primer glaciar.
Allí nos ponemos los crampones, nos agarramos al piolet y nos encordamos. Apenas dos pasos y me doy cuenta que es absolutamente innecesario: la superficie del glaciar no está helada sino cubierta por una capa de nieve medio empapada que no precisa de equipo de hielo; además, de glaciar ya queda poco y las famosas grietas de las que nos hablaban el día anterior no pueden llegar a más de 50 centímetros de profundo, en algunas zonas incluso se ve la roca ya asomar.
La progresión es muy lenta, yo voy en medio de dos personas, un guía por delante (el guía que aparece en Desafío Extremo de Calleja como muy orgullosamente dice a todo el mundo) que tira y un compañero por detrás que tira, pero justamente por lo inverso del guía; así que yo en medio tengo que sujetar bien las riendas para que no vaya muy rápido el guía y parar cada rato para que yo no tire de mi compañero.
Atravesado todo el primer glaciar nos dicen que por la regresión del mismo, no podemos usar la ruta normal que conecta con el otro glaciar a través de una zona rocosa, así que debemos bajar casi los 300 metros que costosamente ya hemos ganado, y volver a subirlos al otro lado de un pequeña cresta rocosa que al parecer no hay otro medio de cruzar. Lo absurdo de la situación es que los guías se empeñan en que sigamos encordados y con los crampones puestos, por un terreno rocoso cubierto de nieve pero sin hielo. La progresión se torna lentísima y los tirones por delante y por detrás continuos. Comienza a nevar copiosamente, lo que significa que nieva con copos bien gordos que al poco ya cuajan en mis hombros.
En estas que empiezo a calcular y me percato que es poco probable que nos dé tiempo a coronar, bajar al refugio de donde hemos salido y seguir bajando al refugio donde ha ido Mónica, así que decido renunciar a la cima y regresar para poder llegar a Kitandara.
Un guía me acompaña en el camino de regreso, pero le digo que yo no voy más encordado, y aunque protesta no puede hacer nada en contra. En poco tiempo llegamos al principio del primer glaciar donde ya me quito los crampones y el arnés.
La nieve ya está cuajando y el descenso por la zona rocosa con las cuerdas fijas se hace muy resbaladizo e incómodo.
Apenas una hora después de abandonar al grupo llego al refugio de Elena, donde tomo un poco de té para entrar en calor y me cambio de ropa.
Con el guía bajo hacia el siguiente refugio, el de Kitandara, que se encuentra entre los dos lagos del mismo nombre, una de las zonas más bonitas que hemos visto hasta ahora y desde luego la mejor ubicación para un refugio de todos los que hemos pasado ya.
Al final de los 4 que intentamos por la mañana hacer la cumbre solo dos lo consiguen y llegan casi a las 8 de la noche a Kitandara, tras hacer un buen trecho del camino a oscuras con los frontales encendidos.
Aviso a navegantes: Tradicionalmente la cumbre del pico Margarita desde el refugio Elena costaba unas 6 horas de media; actualmente debido al retraimiento de los glaciares el paso que comunicaba ambos glaciares está cortado y por tanto hay que dar una vuelta con una muy considerable pérdida de cota, que aumenta la cima en al menos tres horas. Esto no lo dicen los guías (o al menos no nos lo dijeron hasta que estábamos ya en medio de los glaciares) y hay que tenerlo en consideración, pues hace que o bien se llegue de noche al refugio de Kitandara u obliga a pasar otra noche en Elena.
Datos: Sexta etapa, las piernas ya empiezan a notar el trabajo acumulado. Salida del refugio Elena 4563 m.s.n.m.
Llegada: Refugio Kitandara, 3975 m.s.n.m.
Tiempo: en buenas condiciones unas 9 horas para la cima y otras dos entre los dos refugios. Quitándose los crampones en las zonas donde no hay glaciar y con gente experimentada andando encordados, se puede reducir la cima a 7-8 horas, pero difícilmente son las 6 horas que dicen en todas partes y que se basaban en otro recorrido actulamente impracticable.
La subida se hace al ritmo que te marca la altitud y la vuelta al ritmo al que llegan tus piernas.