Salimos de la cabaña de Nyabitaba y enseguida llegamos al cruce del camino que va hacia donde nosotros nos dirigimos y el que viene del que vendremos en unos días. Allí hay un cartel con el recorrido, donde nos vuelven a explicar lo que vamos a hacer.
Sin más dilación tomamos nuestro camino perdiendo altitud rápidamente para descender al río para cruzarlo. Todo lo que bajemos habrá que subirlo luego, así que no me gusta mucho la idea de empezar el día bajando, aunque suena muy cómoda.
Cruzamos el río justo debajo de donde se encuentran los ríos Mubuku y Bujuku, que dan nombre al recorrido que estamos haciendo (además de circuito central también se llama Mubuku-Bujuku, que queda como más africano...) Gracias a un nuevo puente que alguien con dinero donó, el cruce es mucho más sencillo que hace unos años. Lo que no sé es si lo hizo pensando en quién venía detrás, tras una mala experiencia personal, porque la verdad cruzar este río sin puente no es algo que quieras hacer así como así.
Nada más cruzar el río, como era obvio, comienza la recuperación de la cota perdida y más allá, mucho más allá, hoy subiremos casi mil metros de desnivel.
Al principio seguimos en el mismo tipo de bosque que el día anterior, pero luego nos vamos internando en un bambusal más o menos denso intercalado con el bosque y más arriba comienzan a ser dominantes los brezos espectacularmente cubiertos de musgos, que forman unas bolas enormes alrededor de sus retorcidas ramas, y de líquenes colgantes, llamados "barbas de viejo".
Según nos adentramos en el brezal (nada que ver con los brezales europeos de menos de un metro de altura, aquí fácilmente llegan a los diez) la sensación de hobbits nos invade, ante el temor de cruzarnos con una banda de orcos...
Un rato en el piso de vegetación de los brezos y antes de que nos demos cuenta ya estamos en el refugio, en menos tiempo del estimado por los guías y con mucho menos esfuerzo del comentado en las guías. Bien es verdad que el terreno está bastante seco y que no nos hemos tenido que poner las botas de agua, lo que al parecer hace mucho más fatigosa la jornada, no por las botas en sí, si no porque te hundes en el barro hasta las rodillas continuamente.
Datos: Segunda etapa.Salida: Refugio de Nyabitaba 2650 m.s.n.m.
Llegada: Refugio John Matte 3420 m.s.n.m.
Tiempo con paradas: 5 horas y 45 minutos, con muchas paradas cortas más una de 45 minutos para picar algo.
Ritmo: más bien lento y relajado, pendiente continua pero suave, salvo la bajada y posterior subida al río, que son más fuertes.