Así que paso a la primera etapa.
Empezamos en las oficinas de la agencia que tiene la exclusiva para hacer la travesía que ellos llaman "el circuito central de los Rwenzoris", la travesía de los valles Bujuku-Mubuku. La agencia se llama Rwenzori Mountaneering Services, es obligatoria contratarla para hacer el recorrido y te exigen llevar un mínimo de dos porteadores, un cocinero y guías.
Nosotros (un grupo de 5 personas) en total llevábamos 22 personas a nuestro servicio: 3 guías, dos cocineros y el resto porteadores. A mí me sobran 7 personas, pero allá ellos, menos tocarán en las propinas...
Me sentía como en las películas de Tarzán donde una larga fila de personas camina por terrenos peligrosos, los blancos cargados con un rifle, un quitasol ella, y un montón de negros cargados hasta las cejas, alguno de los cuales siempre se cae por algún barranco, ante el desgarrador grito de la portadora de la sombrilla que se aferra con fuerza al fornido que acarrea el rifle, que en realidad es un mequetrefe comparado con Tarzán.
Afortunadamente las cosas han cambiado y si alguien se cae seguro que era un blanco, porque esta gente se maneja muy bien en la montaña, aunque sea con botas de agua, tienen un límite de carga y están más fuertes que el vinagre.
Total, que en la oficina esta nos pesaron todo el equipaje, no podíamos llevar más de 25 kilos, nos sobraban unos cuantos, para repartirlo entre los porteadores.
Luego comenzaba la búsqueda del material que unas cuantas semanas antes habíamos dicho que desearíamos alquilar, crampones, piolet, o cosas así que no tenemos por estos lares.
La cosa es más o menos así: cuando los muzungus terminan la travesía dejan (dejamos) cosas que consideramos viejas y sustituibles; posteriormente, esas cosas que dejas con tu buena intención para ayudar en el equipamiento de algún porteador, las alquilan a los nuevos muzungus que pagan por material que en otras circunstancias (que suelen darse unos días después) considerarían viejas, sustituibles e inservibles para el cometido para el que fueron concebidos.
Obviamente, teniendo en cuenta que hacía semanas que les habíamos escrito con lo que necesitábamos, era de esperar que estuviera listo, pero si eso fuera así, estaríamos en los Alpes no en los Rwenzori.
Así que entre unas cosas y otras, salimos casi 4 horas después de prepararlo todo y comenzamos a caminar a mediodía, vamos lo típico en cualquier caminata de montaña...
El comienzo es por el camino que cruza la villa; los lugareños nos escudriñan de arriba a abajo como haciendo apuestas sobre lo que dejaremos posteriormente para aumentar sus fondos de alquiler de material viejo y sustituible.
Al poco pasamos por la caseta del parque donde hay que firmar la entrada.
Los guías nos indican que pongamos 6 noches, aunque estaremos 7 (y hemos pagado 7), lo cual huelo a chanchullo entre guías y guardaparques.
Cerca de la caseta hay un camaleón. ¡Empezamos bien!
Al poco de firmar en la caseta nos topamos con la entrada oficial del parque, flanqueada por eucaliptos (¡cuánto daño han hecho las políticas forestales y los ingenieros plantapinos por el mundo!).
Ahí con el apoyo de un cartel de madera, los guías nos explican la travesía que vamos a hacer... por segunda vez, puesto que ya nos la habían explicado en otro cartel en la oficina.
Del cartelón bajamos al río Mubuku y tras unos subi-bajas con muchos más subis, llegamos a Nyabitaba, nuestro primer refugio.
El bosque es bastante bonito, aunque se ven muchas laderas muy deforestadas en las zonas de alrededor. En esta zona siempre asociarán un ruido extraño con chimpancés. Es cierto que hay chimpancés en estas zonas, pero es falso que todo el mundo los escucha, incluidos nosotros, como se encargan de hacernos creer los guías.
En Nyabitaba está un grupo del ejército estadounidense haciendo prácticas, aunque no me quedó muy claro en qué consisten exáctamente, aparte de meterse más de 50 cervezas entre todos (no más de 7 u 8). Afortunadamente trasladaron la fiesta a un lugar donde no molestaron mucho.
Datos: Primera etapa.
Salida: Oficia del RMS: 1700 metros sobre el nivel del mar aproximadamente.
Llegada: Nyabitaba: 2650 m.s.n.m.
Tiempo con paradas: 4 horas y media
Ritmo: más bien lento y relajado, salvo una pendiente dura de unos 80 minutos.