Entre los lugares que visitó, estuvo el Parque Nacional de Kazinga, donde cogieron jabalíes berrugosos y les ataron banderas británicas en la cola.
Esta anécdota es más digna de final de cualquier película de James Bond, pero forma parte de las peripecias de la monarquía británica, quizá, aún peor que la nuestra. De todos modos no he podido verificar la veracidad de la anécdota y no he encontrado fotos de los jabalíes con las banderitas.
De cualquier modo, el parque nacional de Kazinga (paso de llamarle por su nombre oficial actual) es probablemente uno de los parques más bonitos paisajísticamente de todo el continente, con una gran variedad de paisajes, desde bosques y selvas, hasta sabanas y lagos, canales y volcanes, montañas y gargantas...
Además es, después del cinco veces más grande parque de los Virungas en Congo, el parque con más especies de aves de África, algo más de 600, muchas más que todo Europa; más de 100 mamíferos, donde comparten territorio e hibridan los búfalos y elefantes de selva y de sabana.
La dictadura de Idi Amin acabó porque entraron las tropas tanzanas a liberar al pueblo ugandés, y en mayor medida fue así, pero la ONU no lo reconoció y pasó la factura a Tanzania, arruinando más al país. De tan arruinado que estaba no pudo pagar a sus soldados que se quedaron en Uganda haciendo negocio con los animales que Idi había dejado, de modo que arrasaron completamente la fauna de este parque, que de lo contrario, de tener la fauna que debía tener, probablemente sería el parque más interesante de África, por la combinación de una espectacular fauna (ahora en tiempos de vacas muy flacas) con un paisaje increíble a la par de variado.
Las fotos: