Fui bautizado e hice la comunión, que jamás me planteé no hacer, ni se me hubiera ocurrido; así que, me guste o no, se me considera católico a todos los efectos y por eso la iglesia se toma el derecho a reclamar la "catolicidad" de España en mi nombre... y en el de millones de personas en la misma situación. Más justo sería si contaran como tales, como católicos, a los que se han confirmado, que como su nombre indica, confirman en una edad algo más adulta, las decisiones que tomaron sus padres en una edad más temprana. Y no todos los confirmados, años después, se consideran católicos.
No creo en dios ni en nada que no se pueda ver, tocar o experimentar de algún modo y no lo digo con orgullo ni satisfacción, simplementete es un hecho personal; además siempre he pensado que es más fácil creer; creer en que algo bueno te espera, y esa es la razón por la que casi todo el mundo cree en algo. El mayor enemigo de la religión es tener una buena vida en un país desarrollado: cuanto más desarrollado está un país y mayor nivel económico y cultural tiene, menor proporción de la población se considera creyente, y mucho menos practicante.
Hace un par de meses, al poco de regresar con mis sobrinos a Nairobi, fui a buscarles al cole al que asistían aquí, un colegio católico; estaba esperando con mi sobrina a mi sobrino y éste tardaba mucho y yo me quería ir cuanto antes para no pillar atasco, así que fuimos a buscarlo.
Estaba en la antesala del confesionario, llorando amargamente, con rabia e impotencia: ¡trataban de obligarle a confesarse!
Mi primera reacción fue como la de mi sobrino, de rabia, pero, desde luego no de impotencia, pero tras unos segundos de reflexión, provocados probablemente por la estupefacción, me di cuenta que este son el tipo de cosas que alejan a la gente de la iglesia, y la reacción de mi sobrino había sido un buen síntoma, así que no dije nada.
Nos fuimos y le felicité por no hacer algo que no quería hacer, pero no dije nada negativo de lo que las monjas habían hecho, no hacía falta.
Todo esto viene a las famosas JMJ que ahora se celebran en Madrid; no me gusta que la iglesia diga que en España el 95% somos católicos, porque no es verdad, y que nuestra cultura occidental, de libertad e igualdad, se debe a la iglesia cristiana, cuando en realidad se debe a pesar de la iglesia, a las ganas de la gente que durante siglos se ha opuesto a la iglesia y los poderes absolutistas.
Como digo, no me gusta, pero, como en el caso de mi sobrino, con estos alardes de grandeza, la iglesia católica no hace si no alejarse cada vez más de la gente. Sí, es verdad que hay un millón, o más, de jóvenes celebrándolo, pero esa gente celebraría el fin del ramadán la semana que viene si hubiese nacido en otro sitio, son los corderos de dios, en el sentido más borrego de la expresión; gente que cree en dios porque ha nacido en occidente, como creería en Shiva de haber nacido en la India o en Alá de haber nacido en Arabia Saudí.
La iglesia católica cada vez está más alejada del mensaje que dice predicar, el mensaje de Jesús por si alguien se ha perdido, y solo una parte pequeña y marginada de esa iglesia, las redes cristianas y otras comunidades de base cristiana, parecen darse cuenta.
Los fastuosos montajes como el de las JMJ no son si no los estertores de un imperio que se derrumba, que siempre son más fastuosos al final de los mismos, como queriendo demostrar que están más vivos que nunca, cuando en realidad están cavando su propia tumba (aunque no quiero decir que se hunda mañana, el imperio romano tardó siglos en hundirse desde que empezó a flaquear).
Y ha sido un imperio que ha durado mucho, no los dos mil años que suele pensar la gente, solo desde el 380 d.c. gracias al emperador Constantino, cuando el cristianismo se convirtió en la religión del imperio romano, el mensaje de Jesús se fue diluyendo poco a poco y el hoy "su representante" es el jefe de estado de uno de los estados más ricos e influyentes del mundo, lleva las vestimentas más caras del mundo, tiene coches de lujo blindados, aviones privados y se reúne con jóvenes limpios, pulcros y acomodados que se pueden permitir el lujo de cruzar el mundo para idolatrarle, cuando su representado estaría partiéndose el lomo en Somalia repartiendo panes y peces a los hambrientos.
Pero claro, esto es demagogia barata...
La próxima vez la cosa irá de fotos... lo prometo.