Es lo que tiene ser de la realeza y tener una casita en cualquier sitio, que se te muere tu padre y no te pilla cerca.
Además, por mucho que quisieras a tu difunto padre, lo único que pasará a la historia es que te convertiste en reina.
Para cualquier otro mortal la situación hubiera sido radicalmente distinta, algo así como que te vas de vacaciones después de dos años enriqueciendo a tu jefe y ahorrando como un cerdo, sacrificándote los fines de semana y arañando las propinas que tus amigos dejan en los restaurantes y va y a tu padre no se le ocurre otra cosa que morirse y se te joden las vacaciones porque no habías contratado el seguro que yo te dije y que cubre esas cosas.
Porque no seamos mojigatos ahora, es ley de vida, tenía que morirse algún día, ¡pero no justo en ese momento de solaz africano!
Aquí normalmente la gente se aloja en un hotel tan caro como sobrevalorado, con vistas a una charca a la que echan sal para atraer animales y con un timbre que suena cada vez que viene algún animal, no vaya a ser que estuvieras durmiendo.
A mi eso del timbre me suena de lo más artificial y lo de tomarse unas cervezas a menos de tres metros de una manada de elefantes que están al otro lado de un cristal me suena a los documentales de la dos. Eso sí en pantalla gigante.
Así que nosotros no fuimos a un hotel con timbres sino a una zona de acampada en mitad del Parque Nacional de Aberdare (lo he visto también como Aberdares, pero parece que el nombre oficial es sin la S) y aunque no vimos elefantes mientras tomábamos cervezas, pudimos disfrutar del entorno plácidamente (luego nos enteramos que en uno de los dos hoteles más famosos, había un grupo de españoles viendo el España- Paraguay, imagínate el escándalo que estarían montando, ¡si ya la montan sin necesidad de disculpa!)
Y es que me encanta acampar y no estar rodeado de "tontos" turistas, la sensación de libertad es inigualable.
Cuando estaba anocheciendo el concepto típico de safari dio una vuelta de tuerca y fueron los animales los que se nos acercaban, quizá saciando su curiosidad.
Hicimos un par de caminatas cortas para acercarnos a ver un par de cascadas realmente impresionantes y nos quedamos con ganas de regresar a patear el parque de arriba a abajo (¡hay una ruta que lo atraviesa de norte a sur de unos 5 días caminando!)